sábado, 18 de febrero de 2017

Concurso: #historiasdeamor



" Amor en tiempos de guerra "


Era un 8 de mayo de 1940 cuando Jozef, un soldado alemán de 30 años estaba preparando sus maletas para irse a Francia con sus compañeros de militancia para la contienda que tenían prevista. 
Tuvo una mezcla de sensaciones pues tenía familia en Francia y buenos recuerdos ya que cuando tenía 23 años conoció a una chica llamada Julié que fue su novia.
Eran tiempos de guerra, días llenos de miedos y enfrentamientos.
Jozef era soldado desde los 20 años pero esos días se sentía indispuesto.
Veía como todo lo que acontecía a su alrededor estaba lleno de maldad y destrucción. Realmente odiaba su trabajo pero estaba destinado, no podía hacer nada para evitarlo. Cuando llegó a París se fue a casa de sus tíos y solo pensaba en huir. Además se acordaba constantemente de Julié pues los momentos que pasó con ella le hacían alejarse del dolor y por eso quería verla. 
Así que decidió escribirle una carta:


 París , 11 de mayo de 1940   

" Querida Julié, sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi. Todavía me acuerdo de aquellos momentos que pasamos juntos,
Nunca olvidé tu sonrisa cuando me mirabas y las bonitas palabras que siempre tenías hacia mi.
Siento no haberte escrito durante tanto tiempo pero sabes que estamos viviendo tiempos muy difíciles y tengo tantas cosas que contarte, me gustaría saber si podríamos vernos en aquel bonito parque donde nos conocimos y paseábamos por las tardes. Espero una respuesta tuya "

                                                Atentamente Jozef




Así pasaron los días y Jozef con la excusa de que necesitaba descansar para recuperarse de una pierna dolorida por suerte tuvo la ventaja de vivir con sus tíos. Bajaba todas las mañanas con inquietud para revisar el buzón.
Necesitaba ver una respuesta de Julíé.
El día 13 de mayo alguien llamó a la puerta y Jozef asustado miró tras la mirilla.
Era el General que vino a visitarle. 
Quería saber si ya estaba dispuesto para batallar pues eran días muy decisivos, y duros en los que muchos compañeros y amigos estaban siendo derrotados.

- ¿ Jozef cómo estás ? Preguntó el General

- Realmente he empeorado en estos días. Me duele la pierna desde que vinimos de Alemania.

- Está bien. Te doy de plazo 1 semana para que te recuperes y sino vendré yo personalmente para llevarte directamente al Combate ¿ Me has escuchado bien ?

- Si, Señor. Prometo asistir a ese combate en un semana.

Cuando el Comandante se fue Jozef rompió a llorar.
El odiaba la guerra, no entendía por que tenían que destruir, con lo fácil que sería trabajar por amor y respeto hacia los demás. Se sentía muy triste pues el realmente preferiría salvar a la gente.
Pasaban los días y el miedo se apoderaba de él ya que no llegaba ninguna carta de Julié.
Además le faltaba poco tiempo para volver al campo de batalla.

De pronto un 19 de mayo llamaron al timbre con insistencia
Jozef contuvo la respiración, estaba realmente aterrorizado y no quería abrir la puerta.
Con un temblor en la mano movió la mirilla sigilosamente.
Era Julié, entonces suspiró y le abrió la puerta sin pensar.


- ¡ Jozef Cuanto tiempo sin verte !  Todo este tiempo me acordé de ti y pensé que quizás habías muerto en algún combate.

- Muchas gracias por venir Julié y acordarte de mi. Creí que este día nunca llegaría. Me gustaría saber como está tu familia.


- El día 10 de mayo bombardearon mi barrio, destruyeron mi casa y toda mi familia murió, yo por suerte me salvé porque estaba trabajando en una fábrica que también fue dañada. Desde entonces decidí huir de mi barrio, no soportaba ver esa masacre y ahora vivo con miedo en la casa de una familia.

- Cuanto lo siento Julié, esta guerra atroz es insoportable. Yo desde que llegué a París me sentí mal y le dije a mi General que estaba indispuesto a batallar, encima mañana viene para llevarme a la batalla. Me gustaría volver a Alemania junto a mis padres.


- Te entiendo perfectamente Jozef, tu puedes regresar a Alemania con tu familia.


- Julié quiero regresar a Alemania pero contigo. Si voy solo sentiré que una  parte de mi se quedó aquí.



Se miraron fijamente a los ojos y mientras se abrazaban rompieron a llorar. Se dieron cuenta que el amor que sentían era muy profundo.
Ahora venía la parte más complicada pues tenían que formalizar el matrimonio para poder salir del país. Además Jozef sabía que el General vendría mañana para buscarle.
Entonces se puso a buscar en su armario y sacó un colgante dorado con forma de corazón. 
Lo abrió y leyó en voz alta:


- " El amor verdadero siempre será eterno" 
Julié esta es la prueba de que no me olvidé de ti a pesar de los años. El amor que siento es realmente verdadero y desde la distancia siempre pensaba en los buenos momentos que pasamos. Por eso ahora quiero que vengas conmigo a Alemania. Tenemos que casarnos aquí rápidamente para que puedas tener mi apellido y así lograremos entrar en Alemania.

Así que sin más tiempo que perder salieron hacía la Iglesia más cercana para contraer matrimonio de la forma más discreta posible.
Una vez terminado todo esto fueron a la estación de trenes y compraron los billetes. Era un día lluvioso y lleno de nostalgia pero ese día sabían que se tenían que ir. Se despidieron de los tíos de Jozef y se marcharon rumbo a Alemania en busca de una vida mejor.
Y aprendieron una gran lección. Quizás la vida les causó dolor, quizás perdieron demasiado y es que realmente vivían en una época muy convulsa en la que ni siquiera debían llevarse bien pero los sentimientos que sentían era tan fuertes que superaban cualquier división. 
Entonces entendieron lo que significaba la palabra AMOR

Cristina López Hara



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