domingo, 19 de febrero de 2017

El amor eterno



Era un 14 de febrero lleno de recuerdos. Sentía una mezcla de sentimientos. Su corazón comenzó a latir muy rápido y la tristeza se apoderó de su pensamiento. Lo cierto es que nunca llegó a enamorarse pero aquel gato callejero que un día encontró le hizo sentir algo realmente especial.  Apareció por sorpresa hace unos diez años y le dejó marcada para siempre en lo más profundo de su corazón. Ella no lo buscó y sin embargo el sigilosamente se adentró en su rutina diaria. Siempre esperaba paciente en aquella esquina. No importaba el tiempo que hiciera pues se convirtió en su amigo más fiel y cercano, sus maullidos le relajaban como si fuera su particular Cupido y los problemas se olvidaban como un suspiro. Con el todas las características de amor se cumplían. Ese gato perfecto que siempre la miraba y la comprendía en todo momento. Sabía ponerse mimoso en los días más tristes y jamás llegó a atacarle. Sin duda la magia le envolvía en ese bonito lugar. Pero un día ese gato no estaba, el sufrimiento se apoderó de ella pues era el amor más puro y sincero, gracias a el podía alejarse de la preocupación terrenal y le hacía sentirse como en un paraíso abismal. Los días pasaban y ella siempre volvía a ese lugar que tantas alegrías le dio y se preguntaba por que motivos el destino era tan cruel, las lágrimas caían mientras escribía en un papel:
" El amor que yo sentía por este ser me hizo darme cuenta que el verdadero amor no siempre reside en las personas, hay algo más profundo e intrínseco que nos caracteriza, es el alma que nunca muere y que nos hace recordar que aunque nuestros seres queridos  físicamente no están de alguna forma su espíritu nos acompañará de una manera latente mientras los recordemos. 
Por más que pase el tiempo jamás te olvidaré querido Blanki, tu siempre serás mi más bonita casualidad "

Cristina López Hara

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